CAMBIAR TODO SIN CAMBIAR NADA
Confieso que el título de éste post busca captar la atención, pero la realidad es que, en términos decorativos, algo tenemos que cambiar para que se produzca la magia.
La mayoría de las veces estos cambios tienen que empezar por nosotros mismos, ya que nuestros problemas " deco" vienen generados normalmente por nuestras "taras" personales, y digo personales porque cada uno tenemos las nuestras claro. Los hay que acumulan y no tiran nada, y los hay que se ciegan comprando, la mayoría de las veces, productos de imitación importados de países asiáticos que reproducen algunos clásicos e iconos del diseño a precios sumamente accesibles. Que no digo que esté mal, todo lo contrario, el problema es cuando lo hacemos de manera compulsiva y luego para darles cabida nos desprendemos de auténticas joyas que, tal vez con algún que otro arreglillo, hubiesen podido ser la pieza estrella.
Y es que, crisis económica aparte, los nuevos hábitos de consumo sumados a las nuevas tecnologías nos ha convertido un poco en autómatas de estas grandes plataformas que dominan los canales digitales.
Lo digo porque a diario me encuentro con clientes sobre informados y agobiados, ya que la aparición de tiendas online y marketplaces especializados en hábitat ha sido abrumadora durante los últimos años. Pero no por mucho que veamos y comparemos vamos a tener mejores resultados, ¡ayyy, cuán profundo caló en nuestra sociedad el eslogan publicitario " busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo"!
Mi experiencia, (y ya van 20 años que me dedico al retail y el interiorismo) me dice que el cliente, cuanto más ve, más se lía. Casi me atrevería a decir que ver mucho es contraproducente. Ir "de tiendas" por la red puede ser muy tentador cuando no disponemos de tiempo para hacerlo en el horario de apertura del comercio tradicional, o cuando con la ilusión de amueblar nuestro nuevo piso estamos dispuestos a pasar horas y horas delante de la pantalla en busca del artículo perfecto. Pero la mayoría de los clientes confiesa que se encuentra perdido en éstos espacios virtuales donde se encuentran una gama amplisísima de productos entre los que les es imposible elegir, además hay que tener en cuenta que estas plataformas reaccionan a nuestros "clics pantallísticos" bombardeándonos con productos similares o relacionados para conseguir ventas cruzadas, lo que ya a muchos les abruma sobremanera. Como consecuencia de ello nos hemos divido en clientes "sabios", éstos son los que han visto tanto que casi se han profesionalizado, y clientes desmotivados, que tras una a veces breve incursión en el mundo de la decoración, reconocen que prefieren pagar a alguien que les haga "el trabajo sucio"... yo huyo de éstos últimos porque reducen mi trabajo a la mera selección de mobiliario y producto que es lo que ellos consideran que es la decoración.
Pero si nos limitásemos a eso tendríamos todos las casas iguales, ya que cuando vemos el producto online lo vemos en un contexto concreto, y rodeado de objetos "a juego".
Lo bonito es personalizar y dar carácter a nuestros hogares. Pregúntate qué objetos y muebles de los que ya tienes merecen una segunda oportunidad, bien sea por la calidad de los mismos o por motivos sentimentales. A partir de ello busca darles una vuelta, los puedes modificar si es posible o darles un nuevo uso además de buscar decoración que complemente lo que vas a conservar.
Os paso algunas fotos de interiores en los que lo usado o reciclado es lo protagonísta;
La mayoría de las veces estos cambios tienen que empezar por nosotros mismos, ya que nuestros problemas " deco" vienen generados normalmente por nuestras "taras" personales, y digo personales porque cada uno tenemos las nuestras claro. Los hay que acumulan y no tiran nada, y los hay que se ciegan comprando, la mayoría de las veces, productos de imitación importados de países asiáticos que reproducen algunos clásicos e iconos del diseño a precios sumamente accesibles. Que no digo que esté mal, todo lo contrario, el problema es cuando lo hacemos de manera compulsiva y luego para darles cabida nos desprendemos de auténticas joyas que, tal vez con algún que otro arreglillo, hubiesen podido ser la pieza estrella.
Lo digo porque a diario me encuentro con clientes sobre informados y agobiados, ya que la aparición de tiendas online y marketplaces especializados en hábitat ha sido abrumadora durante los últimos años. Pero no por mucho que veamos y comparemos vamos a tener mejores resultados, ¡ayyy, cuán profundo caló en nuestra sociedad el eslogan publicitario " busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo"!
Mi experiencia, (y ya van 20 años que me dedico al retail y el interiorismo) me dice que el cliente, cuanto más ve, más se lía. Casi me atrevería a decir que ver mucho es contraproducente. Ir "de tiendas" por la red puede ser muy tentador cuando no disponemos de tiempo para hacerlo en el horario de apertura del comercio tradicional, o cuando con la ilusión de amueblar nuestro nuevo piso estamos dispuestos a pasar horas y horas delante de la pantalla en busca del artículo perfecto. Pero la mayoría de los clientes confiesa que se encuentra perdido en éstos espacios virtuales donde se encuentran una gama amplisísima de productos entre los que les es imposible elegir, además hay que tener en cuenta que estas plataformas reaccionan a nuestros "clics pantallísticos" bombardeándonos con productos similares o relacionados para conseguir ventas cruzadas, lo que ya a muchos les abruma sobremanera. Como consecuencia de ello nos hemos divido en clientes "sabios", éstos son los que han visto tanto que casi se han profesionalizado, y clientes desmotivados, que tras una a veces breve incursión en el mundo de la decoración, reconocen que prefieren pagar a alguien que les haga "el trabajo sucio"... yo huyo de éstos últimos porque reducen mi trabajo a la mera selección de mobiliario y producto que es lo que ellos consideran que es la decoración.
Pero si nos limitásemos a eso tendríamos todos las casas iguales, ya que cuando vemos el producto online lo vemos en un contexto concreto, y rodeado de objetos "a juego".
Lo bonito es personalizar y dar carácter a nuestros hogares. Pregúntate qué objetos y muebles de los que ya tienes merecen una segunda oportunidad, bien sea por la calidad de los mismos o por motivos sentimentales. A partir de ello busca darles una vuelta, los puedes modificar si es posible o darles un nuevo uso además de buscar decoración que complemente lo que vas a conservar.
Os paso algunas fotos de interiores en los que lo usado o reciclado es lo protagonísta;
Espero que un día más os hayáis inspirado para decorar vuestros hogares ...
¡Gracias por vuestra atención!