EN LA ERA DE LOS ESPECIALISTAS... OS HABLO UN POCO DE Mí
Este post no va del mundo de la decoración y el interiorismo, va de mi vida...aunque en cierto modo es lo mismo...
Me gustaría hablar un poco sobre cómo podemos especializarnos en algo y llegar a ser buenos en un campo, o como gracias a la falta de seguridad o de apoyos, demasiado a menudo muchos talentos o vocaciones se quedan en el camino.
Desde la humildad y la experiencia personal, como profesional y como madre quiero ahondar un poco en un tema que me toca muy de cerca y que en ocasiones me ha creado cierto malestar.
Soy hija de una generación en la que la formación profesional no gozaba de tanto reconocimiento como en la actualidad, y en la que escoger carrera profesional dependía casi más del prestigio o las salidas profesionales que en potencia podías tener que de tus capacidades o vocación.
Gracias a que siempre tuve claro a que me quería dedicar y a que mis calificaciones escolares me presentaban como una candidata apta para la F.P o estudios "más prácticos" o " asequibles", pude matricularme en la Escuela de Arte y Oficios Aplicados, no sin el disgustillo a cuenta de mis padres que no lo veían del todo bien, y haber hecho previamente y con la mayor desgana del mundo el bachillerato y el C.O.U porque como ellos me decían "quién sabe si cambiarás de opinión"...
Pero mi meta estaba clara y definida, yo me iba a dedicar al arte, quería vivir de mi creatividad...nada más, ni nada menos...
Empecé a envolverme de mi mundo, y mi pasión se desenvolvió de tal manera que ya ha sido imposible frenarla o desvincularme de este mundillo y de esta profesión.
Bueno, pues haciendo oídos sordos a los comentarios negativos que me decían, que esto no era un oficio serio, que de esto no se puede vivir, etc, seguí mi instinto, aposté por mí y por mi pasión que me ha traído hasta dónde estoy hoy.
Pero las cosas no vienen solas, si echo la vista atrás veo horas de estudio, de trabajo, de sacrificios...y también veo las carencias que durante años y a base de más y más formación he tratado de corregir.
Tras años desarrollando mi oficio en varios ámbitos me he profesionalizado y especializado en el diseño de interiores, he adquirido experiencia y tengo formación más que suficiente,como para desarrollar un proyecto con éxito, peeeero (siempre hay un pero)...me pasa como a muchos profesionales: muchas veces me doy de bruces con el intrusismo. De hecho, son bastantes las veces que he dejado pasar trabajos, y también otras en las que me han dejado pasar a mí los clientes por este motivo. Resulta muy frustrante luchar con este tema cuando la principal premisa es el tema honorarios, y tengo claro que ésta es una batalla perdida.
Tocar este tema es muy peliagudo, pocas son las personas que se atreven a hablar directamente de ello, pero con el transcurso de los años y tras lidiar día sí y día también con este tema veo que se hace imprescindible.
Hace años oí una anécdota que viene perfecta ahora.
Un cliente requería de los servicios de un informático puesto que su equipo no funcionaba correctamente. Tras ser requerido, el profesional acudió y reparó el ordenador apenas tocando unas teclas. Cuando pasó la factura, perfectamente correcta,al cliente le pareció demasiado "por tocar una tecla", a lo que el informático respondió que gracias a su formación él supo que tecla había que tocar y que de otra manera no hubiese sido posible recuperar el equipo.
Bueno, pues sin caer en lo pretencioso, esto me pasa a mí con frecuencia...
No hay nada casual en un proyecto de interiorismo.
Cada medida, cada material escogido, todas las piezas de mobiliario y decoración están escogidas a conciencia. El diseño de interiores no trata de una cuestión "de buen gusto", es una disciplina en el campo del diseño que trata de adecuar los espacios a los usos. Para proyectar con acierto hay que tener nociones de geometría, de ergonomía, un dominio del color y la luz, nociones en el campo de la electricidad, de la fontanería, de albañilería, saber dibujar a mano alzada, tener un manejo de los software y estar al tanto de las materias primas y las novedades del mercado. Saber cómo y dónde aplicarlas, saber calcular las cantidades que necesitamos de cada cosa y elaborar presupuestos también es parte de nuestro trabajo, además de dominar el campo de la decoración, etc... y sobre todo ser humilde y reconocer las limitaciones de un oficio y delegar en otros profesionales o apoyarte en ellos cuando los trabajos así lo requieren.Todo este rollo no es más que para poner en valor a aquellas personas que como yo tienen vocación, aman su profesión y desean crecer en ella y ofrecer mejor servicio a sus clientes, y que para ello no dejan de formarse y especializarse.
Este post va dedicado a las personas que me inspiraron, a las que me apoyaron y a las que hoy en día siguen significando y sumando en mi vida, tanto profesional como personal, y en especial a mi marido que es parte y todo de esta bonita locura y me secunda en todo.